Este silencio,
Este suave reconocimiento de mis gritos,
Tantas veces profesados sobre la miseria de la vida,
Por aquella miseria es que me levanto como la gran ola a su mar, la misma que no toca la tierra y no se ensucia jamás en su ir y venir,
Al fin mi ola y su grito toco los astros,
Y hoy aquí entre el silencio que merezco yace fundida mi alma a la tuya.
agosto del 2008.
1 comentario:
Hola...
Me gusta tu arte y poética. Espero coincidamos por ahí.
Un abrazo...
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